¡Qué bueno volverte a encontrar! ¿Te acordás que en la columna anterior escribí sobre “desarrollarnos en un pie de igualdad” con los demás? ¿Podés ser consciente de todos tus dones y capacidades, de lo mucho que podés llegar a otros con ellos? ¿Pensaste en la pregunta sobre si sentís que en tu vida alguien o algo determinan tus posibilidades, tus sueños, tu presente, tu futuro? Hoy, te invito a que hagas foco en tu familia. De seguro te vas a preguntar: “¿qué tiene que ver o cómo relaciono mi familia con estos interrogantes?

Desde muy pequeños nos enseñaron que la familia es lo más importante para nuestro desarrollo, que nos acompañará en aquellos momentos en que necesitaremos de un empujón para animarnos a crecer. Pienso que esto constituye un ideal de familia. Pero sabiendo que estas están conformadas por personas, como tales, son diversas. Mi idea no es definir a “Lafamilia”, sino recalcar la importancia que esta posee como un pilar fuerte para nuestro desarrollo.

Pensando en esto, revivo la importancia de mi familia que acompaña mi proceso desde el accidente. Entonces, puedo entender más claramente aquella frase que se escucha en lo cotidiano: la familia lo es “TODO en nuestra vida”. Cuando pienso en la mía, me es imposible no recordar a mis padres y hermanos investidos en el rol de enfermeros, asistentes, compañeros, amigos, que me daban fuerza y aliento cuando estuve internado. Ellos fueron apoyando, como podían y a su modo, los pequeños pasos que fui dando en mis días, ¡incluso en este momento, en que te estoy escribiendo!

Cuando vuelvo a reflexionar sobre las familias como “nuestro gran empuje”, me pregunto: ¿qué ocurriría si la palabra discapacidad toca sus puertas? ¡Wuau… qué pregunta! Si esto sucediera en nuestras familias, apuesto a que sería de gran impacto para cualquiera; como “un baldazo de agua fría” porque nadie se lo esperaría. Desde mi punto de vista, considero que la discapacidad siempre llega a nuestras vidas para inundarlas de aprendizajes para con nosotros mismos y para compartirlos con los demás.

Así ponemos a prueba “nuestro ideal de familia”, y se requiere que, como tal, pongamos lo máximo: todo nuestro amor y apoyo para que de esto surja lo que tenga que surgir.

Es evidente que las familias pueden tener gran influencia en nuestra elección de dar lo máximo en nuestras vidas, pero recuerda, la decisión final es “TUYA”.

Para terminar, te dejo esta frase: “No olvides que tu vida es un tesoro y que eres mucho más de lo que sabes.”

Gracias por leerme, gracias por estar. Nos vemos en la próxima.

Columna “La discapacidad como oportunidad”

Producción: Juan Ignacio Suasnabar y Ayelén La Torre

Colabora en la edición junto al Equipo de Prensa: Miriam Coronel

También podés escuchar el audio de la entrevista que le hicimos en radio María en el siguiente enlace: audio