Es profesor de la escuela de negocios IESE Business School y tiene sordera profunda bilateral. Javier Quintanilla Alboreca ha sido nombrado por la Universidad de Navarra vocal del Consejo de Dirección de IESE Business School. Este profesor, especializado en la gestión de recursos humanos, tiene sordera profunda bilateral y es padre de un hijo con síndrome de Down.
Desde hace 25 años Javier Quintanilla es profesor en temas de liderazgo y dirección de personas de IESE Business School, la escuela de negocios y dirección de empresas de la Universidad de Navarra que tiene campus en Madrid, Barcelona, Múnich y Nueva York. ”Formamos a altos directivos y ofrecemos másteres MBA de dirección general”, explicó en declaraciones a Servimedia. 

A partir del 1 de septiembre, Quintanilla, que tiene sordera bilateral profunda sobrevenida cuando tenía 20 años y lleva dos implantes cocleares, será vocal en el Consejo de Dirección, que es el máximo órgano de gobierno de su escuela. En concreto, señaló, “me ocuparé de la estrategia a medio y largo plazo del claustro de profesores en temas relacionados con la contratación, desarrollo y formación de nuestros docentes”.

Hasta ahora desarrollaba su labor en el Campus de Madrid, “pero a partir de ahora tendré que pasar más tiempo en el de Barcelona, porque el grueso de profesores del claustro está allí”, indicó.
En lo que se refiere a las medidas de apoyo a los alumnos con discapacidad que estudian en IESE Business School, Quintanilla explicó que la escuela “ofrece becas a los alumnos con más del 33 por ciento de discapacidad que pasen las pruebas de admisión. También contamos con asesoramiento de la Fundación ONCE sobre cómo tenemos que adaptarnos a las discapacidades de las personas que hacen nuestros cursos. Muchos directivos de la ONCE y su Fundación, ciegos o con otras discapacidades, han estudiado con nosotros”, subrayó.

Al igual que la Universidad de Navarra, de la que IESE forma parte, “tenemos una visión integral de la persona, que pone en el corazón de toda actividad económica al individuo como eje central, y consideramos la discapacidad como un aspecto del ser humano; por eso hacemos todo lo posible para integrar esa diversidad”

EL TRABAJO, VERDADERA FORMA DE INTEGRACIÓN

Para este profesor especializado en la gestión de recursos humanos, “la meta de la discapacidad tiene que ser la integración laboral, porque eso implica que la persona se ha formado para ser jardinero o para ser directivo, que hemos superado esfuerzos por adquirir algo que puede ser mucho más complejo que para una persona sin discapacidad”.

“El trabajo permite la autonomía, la independencia y la rehabilitación”, añadió, pero para lograr ese acceso al empleo primero es necesario integrarse “en los colegios, en la universidad, a través de círculos familiares y de amigos”, recalcó Quintanilla.

En opinión del nuevo vocal del Consejo de Dirección del IESE, en España “ha habido un cambio de sensibilidad por parte de las administraciones y, a pesar de la crisis, cientos de empresas se toman más en serio el tema de la discapacidad, no es una cuestión de retórica”.

Un ejemplo de ello que le “gusta mucho” son los programas de RSC de empresas cuyos trabajadores hacen “voluntariado para apoyar programas de discapacidad”. “Eso yo lo vivo con la Fundación Síndrome de Down de Madrid, de la que mi mujer es presidenta, a través de la que muchos jóvenes dedican días de sus vacaciones a ayudar en campamentos”.

Sin embargo, a pesar de todos esos avances, “no hay que conformarse, sino seguir apoyando a las empresas, a las personas con discapacidad, trabajar con la Administración, lograr la cooperación de todos para conseguir mucho más”, señaló el profesor, por ejemplo una mayor presencia de personas con discapacidad en el ámbito directivo, lo que requeriría “un pacto entre universidades, escuelas de negocios, movilizar a la sociedad. Probablemente lo veamos dentro de una generación, todavía falta”, comentó, aunque reconoce que “también aquí ha habido un cambio, y ya son muchos los directivos con discapacidad, aunque a menudo se desconozca porque no es visible».

«Nosotros impartimos en Madrid un Executive MBA para titulados superiores con cinco años de experiencia en el ámbito de la dirección y este año tenemos dos personas con discapacidad haciéndolo, lo que no sucedía hace años”, señaló. 

PADRE DE UN HIJO CON SÍNDROME DE DOWN

Javier Quintanilla es padre de cuatro hijos, uno de los cuales, Joaquín, de ocho años, tiene síndrome de Down. En lo que se refiere a su educación, el profesor del IESE aseguró que la prioridad es que el niño “se integre en la sociedad al máximo”, por eso optaron por “una educación normalizada”, pero, matizó, “creo que hay que partir de un respeto profundo a la libertad de los padres a la hora de elegir la educación que quieren para sus hijos con discapacidad». 

“Joaquín siempre ha ido a un colegio concertado de la Comunidad de Madrid, donde cuenta con una profesora de apoyo que también da clase a otros niños con discapacidad y necesidades especiales”, una integración que, en su opinión, “también está contribuyendo a que los demás niños vivan la discapacidad con normalidad”. “Es uno de los chicos más queridos, le invitan a los cumpleaños. Es impresionante la naturalidad con la que Joaquín vive el mundo”, concluyó.

Fuente: http://www.teinteresa.es/espana/ENTREVISTAJAVIER-QUINTANILLA-DISCAPACIDAD-PRIMERA-PERSONA_0_1193880866.html